Mi temor más escondido y profundo es que aún respires,
detrás de los arbustos, oculta en la negrura
o en las tardes grises de noviembre.
Mirar tu boca por el túnel nebuloso del recuerdo
es arder en llamas y huir de las garras del viento
convertido en ceniza entrañable
Mi condena más efectiva yace en la curvatura
de las espaldas de las…
