El sentimiento más delicado, según Kant, se bifurca en dos especies; una es el sentimiento de lo bello y el otro es el sentimiento de lo sublime. Donde la afección para ambos es agradable, pero de manera muy diferente, así vemos que el día es bello y la astucia es pequeña y bella. Grandes lineamientos para comprender a este filosofo alemán, al expresar que el día es bello y la noche es sublime, esta sensación tiene varios niveles, que van desde lo melancólico, al horror. Desde lo grande que es sublime a lo bello que es pequeño, pero nada es tan certero, ni tan definido. Así se traspasan estas especies provocando sentimientos que nos llevan desde lo bello a lo sublime.
Para Ernesto Muñoz, curador de la muestra, existen espacios inconclusos en el arte latinoamericano, producto de contingencias socio culturales, que son causantes de un desarrollo tardío en el quehacer local. “Las peripecias de nuestro arte en lo formal se aprecian en salas donde se atiborran la recepción de proyectos que al final no dieron a la luz. Lo social y político, factores inherentes, se agrupan como testigos de los quehaceres de nuestros artistas. En este plano esta exposición se compone en una revisión de nuestro arte, considerando lo interno, cuyos contenidos aluden a situaciones inherentes a las realidades contingentes”.
Es así como 14 artistas chilenos se someten a las miradas de espectadores hermanos de nuestras historias del Pacífico en una muestra que incluye diversas propuestas artísticas en instalación, fotografía, pintura, escultura y serigrafía.
La exposición, que se inaugura el 14 de abril a las 5:00pm, estará abierta al público hasta el 21 de mayo de 2016.