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MAQUI – Un espacio de resignificación, historia y encuentro

 

El Maqui nace gracias a la voluntad de Ana María Escallón, Gloria Fajardo, Duván López, Olga Lucía Jordán, Henry Villada y otros artistas del departamento del Quindío, que en su búsqueda y necesidad por poner en circulación sus obras dieron vida a la Asociación Amigos del Museo y posteriormente al Museo de Arte de Armenia y del Quindío (Maqui).

 

Movidos por la voluntad de crear, se dieron a la tarea de recuperar lo que hace más de nueve décadas fue una de las bodegas de café de la antigua estación del ferrocarril de la Ciudad Milagro. Esta edificación, declarada Bien de Interés Cultural de la Nación y Patrimonio Nacional, es una de las construcciones más importantes de la capital quindiana, no solo por su hermoso e imponente diseño republicano, sino por el antecedente histórico que tiene para la ciudad, pues sin duda fue un impulsor de progreso en los años 1930.

 

 

Este museo es una realidad que ha logrado transformarse, posicionarse y mantenerse en el tiempo. Hoy es un espacio resignificado, epicentro de arte y cultura, escenario de exposiciones de artistas de trayectorias regional y nacional, plataforma de impulso de artistas emergentes que buscan una oportunidad y centro de estudio e investigación de estudiantes, gestores y curadores.

 

Esta institución, de puertas abiertas, alineada a los propósitos de democratización del arte, extiende una invitación a los artistas a trabajar y desarrollar su portafolio, como también la intención de sus obras, que deben enmarcarse en planteamientos del ¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? y ¿Por qué?

 

Hueco infame

Este lugar ha sido foco de decisiones de mandatarios locales, que llevados por el deseo de ‘potenciar’ la ciudad, han dejado este espacio, que por esencia tiene un enorme valor histórico, literalmente, con un hueco.

 

Gestores culturales, estudiantes, representantes de gremios, colectivos, medios de comunicación y comunidad en general, se han dado cita para expresar el rechazo a este hueco que ya cumple cuatro años y que ha recibido el calificativo de hueco infame.

 

Jornadas artísticas y protestas culturales, desarrolladas en lo que debería ser hoy el Centro Cultural y Turístico La Estación, les permitieron a las artes plásticas del departamento ganar un mayor reconocimiento y, paradójicamente, poner en jaque al museo Maqui.

La gestión de María Cristina Mejía Arcila, directora del Museo Maqui, ha sobresalido notoriamente en razón a su lucha por lo mínimamente justo, derivada de las dificultades por las pocas visitas, los recortes al presupuesto y las peleas contra la burocracia. Los obstáculos generados por el hueco, fueron la oportunidad para descentralizar su accionar y llevarlo a la comunidad y a la sociedad, para despertar su sensibilidad y asombro, y para convertirse en un generador de intercambio cultural, devolviendo a la comunidad lo que por derecho y antecedentes históricos le corresponde.

 

Tejido social

A lo largo de estos 12 años de funcionamiento, el Maqui ha logrado integrarse al tejido social, desempeñando un importante papel en el desarrollo de la sociedad quindiana y en especial de los sectores vulnerables aledaños al museo. Uno de los compromisos de esta iniciativa cultural ha sido trabajar arduamente para romper los imaginarios impuestos y los estigmas de que lo pobre es feo y lo feo es peligroso.

La directora del museo afirma que este espacio representa una experiencia de desarrollo de una zona que ha decaído y ha dejado de florecer, y hoy es un espacio apreciado y cuidado por las comunidades más cercanas.

 

Resistencia

El Maqui se sostiene gracias a una designación presupuestal de la Alcaldía de Armenia, las entradas y las ventas en la tienda Antic, en la que se pueden encontrar muebles de bohemia, carteras, cuadros, accesorios y elementos de utilería de las obras de diferentes artistas.

 

Los proyectos y programas que aquí se desarrollan, se financian mediante los recursos desembolsados gracias a las convocatorias de concertación departamental y nacional.

 

 

Aunque este espacio ha logrado mantenerse vigente, el Maqui es una institución con muchos retos por delante, entre los que se cuentan situar a Armenia y al Quindío como uno de los lugares donde se hace arte y cultura en el país, desarrollar exposiciones virtuales y posicionarse como una de las primeras opciones dentro de la agenda de actividades turísticas de visitantes nacionales e internacionales de esta zona colombiana.

 

Un sueño en tiempo presente

María Cristina sueña al Maqui, en tiempo presente, como un centro cultural, organizado, bonito, concurrido… un sitio de encuentro, análisis, crítica y reflexión para la ciudad de Armenia y para el Eje Cafetero. Aspira a que el Maqui sea un recinto que contribuya a preservar las memorias, saberes, historias y patrimonio de la región, pues el Maqui es hoy un proyecto que sigue vivo.

 

 

Producción de contenido y redacción: Alejandra Sierra

Edición de texto: María del Pilar Hernández

Producción fotográfica: Julián Salazar

Coordinación editorial y producción general: Leandro Hernández, Julián Salazar y Alejandra Grisales

 

Este contenido hace parte del proyecto Temporada Creativa 2022: Deriva, enfocado en la circulación de las artes visuales en el Eje Cafetero. Programa Nacional de Concertación Cultural, Apoyado por el Ministerio de Cultura y la Secretaría de Cultura de Pereira.

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