La animación es algo crucial desde que tengo conciencia, y como lo menciono siempre, fue mi primer acercamiento al lenguaje audiovisual. No solo con material para todo público, sino por aquella obra que abordaba temas maduros y complejos al plasmar la muy punzante ambigüedad del mundo. Sin embargo, entre una parrilla de canales destacables, Cartoon Network, Magic Kids, Fox Kids o Nickelodeon, -pero que no arriesgaban demasiado- surgió uno con diáfanas intenciones transgresoras; un genuino espacio contracultural que pretendía ir sobre lo establecido y mostrar el real valor expresivo e inquisitivo del arte animado. Una esencial e inmensa manifestación underground cuyo pensamiento traspasa la nostalgia, un acontecimiento llamado Locomotion.
Inicio transmisión en 1996 y se mantuvo al aire, pasando por varias administraciones –The Hearst Corporation, Claxson Interactive Group y Corus Entertainment-, hasta que Sony Pictures Television lo compra en 2005, deformando toda su identidad al convertirla en Animax, ese mero experimento complaciente y engullido luego por el engranaje del mercado.
Su visión artística y preciso discurso se reflejaban claramente en fascinantes programas como Dr. Katz, Duckman, Bob & Margaret, The Critic, The Head, entre otros universos que indagaban –a veces mordaces y viscerales- los matices de la eventualidad humana; sin olvidar, por supuesto, nuestro primer vistazo de South Park en Latinoamérica gracias a este. ¡Carajo!, es la génesis de mi nihilismo ocasional, con razón. Amaba esos shows.
Más adelante introdujeron series y largometrajes Anime, e imaginen mi cabeza reventada ante tanto frenesí creativo o exuberante. Enfoques que en mi preadolescencia podía vislumbrar de forma sensible, navegando por dilemas internos de personajes y entornos de intrigante estética. Neon Genesis Evangelion, Serial Experiments Lain, Cowboy Bebop, Saber Marionette J, Bubblegum Crisis Tokyo 2040, Ah! My Goddess y más, fueron mi ventana a las demás aristas de la narrativa fílmica.
A modo de plataforma impulsaba a nuevos creadores en aquel momento, cabe resaltar tan estimable labor. El cortometraje recibía una merecida atención en bloques como Locotomía, junto a ensayos sensoriales de música electrónica e imagen en Fracto, gran segmento. Sus anuncios, secuencias y diseños también eran referentes singulares de ingeniosa comunicación. Eran congruentes con su mensaje de libertad expresiva en perfecta armonía, un balance significativo de sátira y cultura alternativa.
Ahora, además de sonsacar en mis memorias, escribo sobre esto porque el equipo creativo original del canal ha regresado. Team Loco planea continuar su cruzada subversiva y honesta exenta de intereses ajenos o restricciones, ofreciendo un catálogo de contenido gráfico exclusivo por streaming, con nuevas series, cortos y más anime. Empezaron su aventura abriendo una cuenta en Facebook, los sigo desde entonces.
El 1 de noviembre, oficialmente, Team Loco abrió su cuenta por Crowdfunding para reunir fondos e iniciar tan ansiado proyecto. En verdad deseo que salga bien, pues este breve texto ha sido mi manera de agradecerles. Ustedes dieron ensoñaciones, perspectivas que moldearon vidas consagradas al arte y nos enseñaron a degustar experiencias en las buenas historias.
No siendo más, hasta pronto.
Aquí dejo los datos por si quieren saber mas y quizá apoyar la causa:
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