Lo cotidiano, dicen algunos, es como la nariz
todo tenemos una,
Lo cotidiano no son los lugares comunes,
ni calles transitadas,
ni los hábitos que nos hacen quienes decimos ser.
Lo cotidiano no son aquellas clases que tomas,
ni los saludos repetidos casi con desdén,
o las sonrisas obligadas,
lo cotidiano es la violencia de los días.
La violencia
de levantarte en la mañana y descubrirte solo,
la taza de café fría y a medio servir,
la mesa a medio hacer y la luz apagada,
los anuncios de la radio mientras te diriges a cualquier lugar,
o el encontrar cientos de personas
y no reconocer ni una mirada o sonrisa,
ya que su mundo se reduce a un objeto que no supera las 7 pulgadas…
Lo cotidiano como la nariz, supongo,
nos hace percibir el sabor de alguna imagen,
la mirada última antes de partir,
y el no mirar atrás,
la promesa que con el tiempo se hace Imposible,
aquel recuerdo que nos acompaña o que nunca se fue,
lo cotidiano está en repetirse a diario
la mentira de que estás vivo,
Aquí y ahora …
