“Te ofrezco empezar de nuevo. Tú, yo, de nuevo”
Desde que tengo uso de razón escucho esa frase, ‘Todos merecemos una segunda oportunidad’ ¿Y quién dice que no? Si hasta la Biblia nos da un típico y claro ejemplo de que se puede intentar o sino hagan memoria, sobre ese famosa parábola del “hijo pródigo” que tras haberlo dado por muerto, vuelve a casa y le hacen fiesta, dejando atrás el pasado y dándole paso al tiempo venidero para que sane heridas.
Y es que los segundos tiempos no siempre son malos – no siempre – pero en cuestiones de amor, ‘las segundas oportunidades’ no son más que un alargue, un ‘time plus’, mientras uno se acostumbra a lo que ya se teme. El final.
Pero, no quiero quedar como la trágica en ésta columna y por ello hoy hablaré de los segundos tiempos bonitos, de esos que son reencuentro y re significación. De esos que son como la parábola de Lucas, el viejo Lucas de la Santísima Biblia. Esos segundos tiempos, que reviven lo que se daba por muerto. Que son oportunidad y perdón.
Y para ello hablaré de la vida de los Peces, una hermosa película; chilena por cierto, estrenada en el año 2010 y dirigida por Matías Baze, es catalogada como una de las mejores películas en la historia chilena. La que a pesar de tener un guión simple cuenta con excelente fotografía, dirección de arte y una preciosa banda sonora. A mi juicio, por supuesto.
Así pues, los dejo con dos enlaces uno donde pueden ver la película completa y otra donde pueden escuchar la banda sonora. Me hubiese encantado decirles por qué la película se llama ‘la vida de los peces’, pero es más mágico descubrirlo uno mismo. Los invito con gusto a verla.