Hablar de nuevas expresiones, no solo va a suponer entablar o suponer nuevas formas de narrar, sino también de nuevos talentos, de escritores jóvenes que puedan generar a futuro más producción y circulación de su talento para que repliquen, inspiren y exploren otras maneras que aporten, consoliden y visibilicen la literatura narrativa quindiana. Como en el primer artículo se mencionan algunos autores de narrativa, y en este haremos énfasis en dos de ellos, para hacer un análisis ligero que nos dejan claro porque la literatura quindiana va más allá del costumbrismo. Son dos autores jóvenes, uno más que otro, y cada uno con un impacto en el sector y la gestión cultural para dinamizar la literatura dentro del departamento y fuera de este; ambos han explorado el relato y sin duda, este es un género que aunque se hace complejo en su estructura para que sea técnicamente bien construído, ha sido muy explorado por los quindianos, teniendo muy buenos resultados.
Jerónimo García Riaño
Es un escritor Quindiano, nacido en Bogotá, pero arraigado a Armenia. De hecho muchos lo han mencionado como Quindiano y es un honor para el departamento contar con este creador de historias que desde pequeño ha sido inquieto por la literatura. Es ingeniero de formación, pero también tiene estudios en el taller de escritores de la Universidad Central y taller de novela corta. Ha sido reconocido como uno de sus estudiantes más representativos por Isaías Peña, y por algunos de sus compañeros. Actualmente se desempeña como docente universitario en la ciudad de Bogotá. En el año 2011 ganó el primer concurso nacional de cuento breve (Revista Avatares), finalista en el concurso de cuento y novela de la Universidad de Antioquia, y en el Concurso de cuento La cueva (2018), quedó en segundo lugar, siendo uno de los concursos más importantes de cuento del país. En el año 2019 quedó como finalista con la novela La noche de los forasteros, aún pendiente por publicar.
También tiene dos libros ya publicados. 1. Corazón de araña negra (relatos). 2. El día de los dos goles (Novela).
Su narrativa es innovadora, envuelve al lector para poder descifrar y conocer qué sucede dentro de la narrativa que propone. Sus historias tienen algo que atrae, un misticismo que lo llama a uno a reconocer y descifrar los personajes, las historias y ver como su talento, fresco, ingenioso y astuto, genera unos quiebres para tener al lector allí, pendiente y leyendo página tras página. Temas que van desde el amor, el desamor, las injusticias, el erotismo, la música, cerveza y un poco más. Algo tan cotidiano, tan citadino y tan íntimo en ocasiones que uno lo siente propio, una historia que se vive cerca, a alguien que se conoce, o a uno mismo.
Vale retomar, y comentar un poco sobre su novela El día de los dos goles, que hace referencia al 19 de Julio de 1990, con el empate entre Colombia y Alemania, además de referencias de los años 80´s y comienzo de los 90´s donde se ven series como Manimal, Meteoro y referencias musicales de esa época, además de que transcurre en un barrio de la ciudad de Armenia (Los Álamos), una novela con mucha nostalgia y con un toque juvenil, que aproxima y empatiza con las situaciones comunes y cotidianas de la adolescencia y juventud.
Christian Ocampo Torres
Joven escritor quindiano, formado como Licenciado en Español y Literatura, magíster en estética y creación, gestor cultural de Comfenalco Quindío donde lidera procesos de escritura creativa y promoción de lectura. Algunos de sus textos se han publicado en la revista el Rollo, la revista Hope y la revista literaria Visor. Finalista en la cuarta y quinta versión del concurso departamental de cuento Humberto Jaramillo Ángel, promotor del primer concurso departamento de relato hiperbreve y otras acciones literarias que le han permitido construir su narrativa y postura literaria, un estilo propio que se ve en la línea del tiempo de sus diferentes relatos publicados.
El año 2019, fue ganador de una convocatoria realizada por 9 editores, editorial independiente, con su libro Las luces de la ciudad, resultado de su proceso de investigación-creación, donde se cuestiona la ciudad y la periferia que hay en esta, además de los seres “abyectos”, teniendo una narrativa contemporánea, ágil y urbana, que lleva a los lectores a sentir identificación con hechos, imágenes, recuerdos y experiencias vividas en sus ciudades. Este es un libro de relatos, con una portada realizada por un ilustrador quindiano. La obra cuenta con 100 cuentos, uno de ellos es un relato corto que sirve de cartografía, y que contextualiza en el espacio donde van a suceder los otros 99 microcuentos o como lo dice el escritor, cuentos atómicos, un término que deriva Humberto Senegal, escritor quindiano y gran exponente de este formato. En pocas palabras, cada una de estas microficciones creadas, parecen momentos documentados y que traen a la cabeza escenas urbanas, que suceden en las calles de la ciudad de Armenia, pero que también suceden en todo el mundo. Es aquí cuando nos encontramos lejos del costumbrismo, el lector se enfrenta a problemáticas sociales de orden global, una sensibilidad a reconocer al que está allí, en la calle luchando por sobrevivir. Prostitutas, indigentes, vendedores ambulantes, trans y todos aquellos que en el asfalto encontraron su ring para luchar por la vida.
Christian Ocampo, se ha venido cuestionando en su literatura por esos fragmentos de la ciudad, que son olvidados o relegados a actividades que la mantienen viva, pero que se ocultan, se ignoran; pero que son tan necesarias para que la ciudad siga la tienda y se permita actuar de forma moral.
Y entonces, a qué se invita a los nuevos escritores
Hay un factor común en estos dos escritores. Han participado en convocatorias y concursos de narrativa, pero han sido más los correos que han enviado para participar en un evento de estos, que los que han recibido con una respuesta positiva. Aquí, es importante para los escritores quindianos lo siguiente:
- Escribir y tener disciplina, porque un relato o una novela, no se construye en una sola sentada a escribir, se hace necesario revisar el texto, dejarlo reposar y retocarlo, hasta que el escritor quede satisfecho.
- Definir un estilo que defina la línea narrativa del autor. Además, de explorar nuevas formas de narrar, desde lo cotidiano pero que se haga global, que otros se sientan identificados. Y allí, nos alejaremos del costumbrismo, una literatura que vaya más allá.
- Buscar concursos, elegir buenos textos, enviar y esperar respuesta. Así el nombre irá sonando y se abrirán más campo en el sector literario.
