LOS CONDENADOS
Tras el descuido del guardián en vela, los internos nos tomamos un cuarto abandonado a la izquierda del olvido, bebimos vodka, echamos cartas, saqueamos al espantapájaros de Oliverio y nos lanzamos sobre la nube de humo sucio de la urbe, fuimos aves de rapiña bajo la cabellera despeinada de la luna, fuimos sangre hirviendo, fuimos el misterio que se cuela