// A: Narcisse Valencia Cuando el día ya ha recorrido más de la mitad de su camino en medio de labriegos y costales de café, un lamento casi mudo desciende de los montes y se suspende temporalmente sobre los aires cálidos de los andes, envuelve brevemente los pueblos y se sublima. Es un último quejido que la tarde lanza sobre el viento cuando

 Caminando por el infinito empiezo a ver colores, caracoles, estrellas en movimiento, gotas de sangre de colores, un arco iris en la oscuridad, la luna colgada de un mueble en el universo de la mente de un niño en un espacio muy lejano. Caminando por la franja veo los unicornios con alas de murciélagos, un mono-araña jugando con un triciclo mientras todos bailamos en una piscina de chocolate, llueven las