Ariadna en el Laberinto
Recordar el rostro demacrado de mi madre siempre ha sido una tortura para mi endeble alma carente de la fuerza que ella propugnaba cada día. El recuerdo de su piel arriba a mí porque necesito que tú comprendas por qué llegué allí, esa lejana tarde del 2015; debes conocer a esa mujer, no la lejana sino a la reconstruida. Yo