‘Una noche de copas, una noche loca’
Una noche triste, fría, sola.
Un silencio ensordecedor.
Una soledad que se mezcla con despecho,
una decepción que se convierte en rabia,
una impotencia que se vuelve excusa..
Un par de tragos entre amigos para acompañar,
unos recuerdos que se ahogan entre whisky, vodka y hielos…
Lágrimas intermitentes en un hombro inocente,
extensas palabras en un oído sin límites,
recuerdos incrustados que se pierden con cada canción,
una decepción profunda que se olvida con un par de caricias,
un estado de sobriedad que se funde entre risas, cantos y abrazos…
Cae la noche y con ella los prejuicios heterosexuales del mundo,
un licor que hace efecto ante la espera de un cuerpo arrecho.
Un cambio de odio por una necesidad de amor,
dos cuerpos que se necesitan y se buscan sin saberlo,
un sentimiento que se conecta a través del whisky,
una emoción fugaz con los efectos del alcohol.
Con la madrugada llega el enfrentamiento,
lo que se debe y se quiere hacer…
besos confundidos,
caricias desconcertadas,
placer descontrolado.
‘Shhh, no hay que hablar, solo sentir…’
la luz se apaga,
las prendas se caen,
un broche que se baja,
un pene que se asoma…
Mi boca logra estar más mojada que mi verga,
contemplo su cuerpo,
me arrodillo y hago lo mío,
– aquello en lo que soy experto-,
sus gemidos lo comprueban,
una mamada más larga que su pene.
Lo recuesto en la cama,
su confusión lo cohíbe.
Tengo el control…
Es una única oportunidad,
una sola posibilidad,
hacer lo deseado, lo esperado, lo imaginado.
En un secreto que nos une,
un recuerdo compartido,
una historia que muere con el amanecer,
con el sol llega el olvido,
la reconstrucción del pacto de amistad,
y un pasado que nunca ocurrió.