El abecedario del fracaso
A un avión lo llevan veintiséis personas, hay cuatro tripulantes de cabina y dos aeromozas que siendo mozas sedistraen mirando al suelo
El director de vuelo
// Fotografía por: Felipe Giraldo El arribo del piloto Lo acabo de ver pasar. Bajo mi mirada para observar la hora en mi reloj. Son las 8: 33 de la mañana; acabo de notarlo, ya llevo una hora esperándolo. Cuando levanto de nuevo mi cabeza él ya ha avanzado varios metros; es momento de seguirlo. En el aire queda impregnado una aroma a loción barata,
4 Horas de Espera
// Fotografía por Felipe Giraldo Un par de libros, unas prendas que ya no querré usar cuando llegue a mi destino, una máquina que afeita menos y lacera cada vez más, un cuaderno nuevo para los apuntes que quizá no vuelvan a ser leídos, una cámara digital para guardar los recuerdos de los que ya no quiera hablar, una bolsa repleta de incertidumbre, un
Ayer
Entre los océanos que bañan un país parecido a éste vuela un vuelo, son 29 mil pies sobre el suelo, un suelo verde; un suelo extraño. Ellos, pasajeros con destino van mirando poco, mucho o nada, van pensando poco o nada, nadie piensa mucho, a esa altura sólo la nostalgia posibilita lo mucho. En tierra, más azul que verde, llora él, pronto embarcará otro