Fotografía: Felipe Giraldo Sólo pocas veces nos preguntamos sobre esa contradicción que representa la cotidianidad en sí misma, y es que resulta difícil diferenciar entre la concepción de lo cotidiano como eventualidad efímera, espontánea e inclusive de inmensa plenitud, frente a la incansable cotidianidad que nos sumerge en el tedio de la rutina, del tiempo limitado y de la consciencia de inferioridad. Precisamente no hay