¿Ser real o no ser real? La cuestión existencial del rapero de hoy
Especulando un poco acerca del origen de esta pregunta y partiendo que nuestra historia como cultura y movimiento, ha sido principalmente transmitida de modo oral a través de las canciones y entrevistas hechas a sus protagonistas, podría remontarnos a los años 80, posiblemente a grupos de origen barrial y contestatarios, que ponían en duda con esta pregunta la congruencia entre las letras y la forma de vida de sus adversarios. Un poco como el show de Laura en América.
Cabe mencionar acá y de manera meramente especulativa que “ser real” no es una afirmación a partir de la cual exista un consenso, ni mucho menos una serie de pasos a seguir que en cualquier lugar del mundo sean válidos de manera universal.
Pues si hablamos con un hip-hopper que prefiere el rap gangster seguramente opinara cosas muy distintas a una hip-hopper feminista. El uso (o no uso) de la palabra “puta” y todos sus sinónimos, abriría un debate interminable; donde los puntos de vista particulares y la convicción de cada uno por estar en posesión de la verdad absoluta no darían paso a un análisis serio de los hechos.
Si bien el Hip-Hop está presente en muchos rincones del mundo, es diferente el modo en que muta para adaptarse a donde llega. Hoy vemos cómo ha permeado la música pop, al punto que es usual tener artistas que iniciaron sus carreras musicales en Disney haciendo colaboraciones con rappers; en contraste tenemos artistas de Hip-Hop, liderando procesos sociales, con causas tan diversas como luchas por la defensa de los derechos de algún grupo oprimido de la sociedad o la resolución pacífica de conflictos en escenarios violentos.
Pero ¿por qué esta cuestión de ser real o no, cobra tanta importancia?
La respuesta: necesidad de aceptación, reconocimiento, aprobación por parte de sus pares.
Y eso querid@ lector, en mi humilde opinión es un error.
Pues si un movimiento tan rico en influencias, con un arma tan poderosa como la palabra y la libertad de expresión; se define por sí sus pares lo aceptan o no; entraríamos en el mismo juego que ha permitido que históricamente se acepten los actos más horrorosos que la humanidad ha perpetuado porque socialmente “está bien”, pues en la Alemania nazi era ampliamente aceptado el discurso antisemita y la supremacía racial aria, causa que hoy es censurada y motivo de vergüenza histórica para las buenas gentes que hoy viven en Alemania.
El mundo de hoy se reconoce en deuda con los esclavos africanos, pero en el momento en que sucedían los hechos “estaban bien”, “así eran las cosas”. Y hace menos de un siglo la mujer no tenía derechos, era considerada inferior y sólo una propiedad más de su marido; nadie se disculpaba por ello y en cambio se celebraba. Hoy en día aunque esa lucha sigue vigente, existen países y gentes que no han podido modificar esta percepción y sus actos.
Es cada vez más evidente lo equivocadas que estaban las masas o lo inertes para no hacer nada al respecto y aceptaban sumisamente esa “verdad”.
Volviendo de la reflexión histórica
Para acentuar los alcances de una idea y los peligros de creer estar en posesión de la verdad absoluta, veamos que hace “real” a un militante del movimiento Hip-Hop.
*Para un admirador de una pandilla como la mara salvatrucha, para empezar debe ser un asesino despiadado capaz de lo que sea por su pandilla.
*Para un rapper cristiano será alguien que cante para alabar a Cristo y lleve una vida de acuerdo a sus enseñanzas.
*Para un seguidor de Snoop Dog, Wiz Khalifa o cualquiera de los miles que hay por ese estilo, probablemente se trate de fumar marihuana y hacer apología de esta.
*Para un amante del rap chicano probablemente se trate de hacer negocios sucios, andar en autos tuneados y llamar “perra” a cuanta mujer le rodee.
*Para una defensora de la libertad de expresión probablemente se trate de tener un discurso coherente y bien fundamentado a favor de los oprimidos y en contra de los opresores.
*Para un joven pobre de una barrio de Cuba, probablemente sea luchar contra el régimen castrista y el comunismo.
*Para un habitante de Estados Unidos que perdió su vivienda tras la crisis financiera del 2009, probablemente la lucha sea contra el capitalismo.
Me excuso por recurrir a clichés y seguramente ya quien me lee tendrá en mente un rapper chicano que además es cristiano y no corresponde a mi ejemplo; los ejemplos son meramente ilustrativos y la lista podría seguir y seguir; y los ejemplos seguirían siendo insuficiente por dos cuestiones fundamentales.
- ¿Quién está en lo correcto, quién no, quién decide qué es lo correcto?
- ¿Cuál es la realidad de cada uno, es comparable con la del otro, cómo podrían compararse sus realidades?
Acá el tema toma de nuevo otro rumbo, y cada vez la pregunta de ser o no ser real va perdiendo argumento o al menos solución. Si la realidad de una persona es distinta a la de otra, ¿cómo puedo pretender definir bajo los mismos parámetros y reglas si está en lo correcto o no?, ¿Cómo puede alguien aprobar o descalificar la realidad del otro y lo que para él es importante?, ¿Quién le dio a quién esa autoridad que tal vez para los religiosos solo tendría un dios?
En un análisis serio de los diversos sistemas de creencias (religiones), ni los dioses de todo el mundo tienen una visión tan amplia para dar un trato justo a las realidades de todos los seres humanos del planeta. Basta ver las diferencias entre las costumbres de las religiones y sus rituales, algunos son incluso opuestos. Frente a las necesidades que tiene cada ser humano del planeta, para algunos eran las básicas, para otros la educación, para otros el ocio, y así de nuevo los ítems siguen apareciendo.
Por lo tanto es demasiado engreída la pregunta, o tal vez más simple. ¿Es usted real? Toque su cuerpo, escuche su voz y asegúrese no ser de un material sintético o ser un holograma, asegúrese de ser tangible, de carne y hueso. Y responda tranquilo “soy real”.
De otro modo, la pregunta más apropiada para muchos debería ser ¿soy congruente entre lo que digo y lo que hago, o no lo soy? Ahí seguro, la tasa de aprobación caería dramáticamente para una gran mayoría.
Vamos a seguir divagando entre conceptos, como si de una tertulia se tratase. Hace muchos años alguien en una entrevista me dijo “defíneme el Hip-Hop en una palabra”, yo respondí: “libertad”; Hoy respaldo mi idealista concepto. Pues creo que cada persona hace del Hip-Hop su idioma y pone en este sus pensamientos (personales o no, únicos o imitados) pero aquello que cree cierto, verdadero y real. Allí lo deja como un manifiesto de su realidad, que puede estar en contravía con la opinión (perteneciente y no perteneciente al movimiento Hip-Hop).
El día que olvidamos esto, empiezan los problemas y las gentes empiezan a hacer deshonor de la defensa de la libertad de expresión, tratando de obligar al mundo a pensar como ellos antes que tratar de comprender las realidades de sus pares, de respetar el trabajo que le ha tomado al otro alcanzar sus objetivos, llevar sus procesos y es básicamente por esta manía evangelizadora y uniformadora que el movimiento Hip-Hop no es uno, ni es una unidad, ni somos tan poderosos como podríamos.
La base es el respeto por las diferencias, la tolerancia, la exaltación de los aportes de los pares antes que los propios y la identificación de los objetivos comunes que podríamos alcanzar. Pero eso en una cultura que sigue preguntándole y evaluando a sus pares sobre lo reales o no reales que son, no es posible y tristemente, no lo será nunca.
La libertad de expresión
es una responsabilidad antes que un derecho y si andamos diciendo lo que nos viene en gana sin medir las consecuencias de nuestras palabras o sobrepasando los límites de la libertad del otro, que es además donde termina la nuestra, pues estamos igual o peor que los políticos y la religión, cometiendo abusos de manera egoísta y personal en nombre de algo superior a nosotros, pero solo deshonrándolo.
Por respeto al Hip-Hop no nos creamos tan omnipotentes para decidir si alguien es o no digno de este movimiento que en principio no discrimina a nadie, son las personas y su ego quienes lo hacen, no culpemos al Hip-Hop.
Entre otras ¿qué utilidad tiene ser o no real, y según los parámetros de quién?
En lo personal considero que todos esos parámetros y apreciaciones, son obsoletos y prefiero honestamente no ser real, al menos así no necesito la aprobación de nadie, ni rindo cuentas de mis opiniones, actos y omisiones; a quienes ni las merecen ni las comprenden.
Eso querid@ lector se llama libertad, y eso para mí es el Hip-Hop!!!.
Contacto, para dialogar (aplausos, réplicas y abucheos) más acerca de esta y otras temáticas relacionadas con el pensamiento e imaginario de la cultura Hip-Hop:
[contact-form-7 id=”6043″ title=”Contact form 1″]
Troke ProducZone
Interesante artículo hermano, sobre todo el analisis técnico de los factores que complementan la cultura. Excelente punto de vista.
Babaloo R.B.
Muchas gracias por leerlo, me parece fundamental que analicemos y nos hagamos crítica al interior de la cultura.
Paz y respeto!!!
Walter
Muy bueno, me sirvio para aclarar muchas dudas…