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Ruta Pacífica de las Mujeres

Trabajan para visibilizar los efectos de la guerra en la vida de las mujeres, exigen verdad, justicia y reparación y por algo inmaterial llamado “Memoria Histórica”, desde el corazón dicen “¡No Repetición!”

Pacifistas, antimilitaristas, construyen una ética de No Violencia.

Desde lugares recónditos, fluye su voz contra la guerra y reclaman un paro obligatorio del conflicto armado y desde la movilización social dicen “no a la guerra” y construyen paz desde su dolor.

Con un mandala hacen un ofrecimiento simbólico a la paz, esparcen semillas sobre la tierra, esa misma que siendo fértil, da frutos y a la vez logra descomponer un cuerpo víctima de la violencia, hasta que una organización como la Ruta Pacífica de las Mujeres le recuerde al mundo su existencia.

Estudiadas o no, todas sienten dolor, unas el propio y otras se unen por solidaridad, a este punto, no creo que sea por género, sino por lo dolorosas que pueden sus historias llegar a ser.

Se agarran de las manos y cantan desde el corazón, le entonan versos al pasado y como arma desenfundan una sonrisa.

Duermen en carpas en un coliseo, algunas ni bañarse pueden. Se levantan y en sus cabezas ponen un turbante o algún objeto que las vuelva a hacer sentir mujeres, saben que caminarán un buen rato, llorarán y cantarán sin parar, porque llega el día en que se unen para decirle a los actores del conflicto que a pesar de haber asesinado a sus hijos, hijas, tíos, primos, padres, siguen con alientos de enfrentar el mundo y abren sus corazones para ser plasmados en letras que le recordarán al mundo de lo que fueron víctimas.

El mandala se llena de mensajes, entre ellos:

  • Yo deseo un país en paz, respetuoso de la diferencia
  • No hay que ser mujer para ser feminista. No hay que ser víctima para querer la paz
  • Las mujeres con el afecto y la razón construimos vida, respeto y un país en paz
  • Mi cuerpo es un territorio de paz. Yo le digo sí a la Paz
  • Los hombres también creemos en los derechos de las mujeres en Colombia
  • La Paz es: Vida Digna

Sonaron las bocinas, mujeres blancas, negras, mestizas, indígenas comenzaron a descender y aglomerarse en el mismo sentimiento, esta vez, de coraje mezclado con alegría, porque si sus cuerpos resistieron la violencia, cómo no podrían resistir 18 horas de viaje para decirle al mundo que no quieren más guerra.

Idealistas, o feministas, todas estaban unidas. Detrás de ellas, hombres sin prejuicio de género nos unimos a su lucha y disfrutamos la ruta.

El frío Popayán nos recibió de madrugada, pero un sol impensable nos permitió marchar.

Unas alegres, otras tristes por el recuerdo, arengas alentadoras, otras tan sonoras que no sabía si caminar o bailar, pero inolvidablemente, la ruta es un punto de encuentro de toda clase de belleza femenina que a pesar del conflicto sabe cómo maquillarlo, vuelve ese maquillaje un arma en contra de la guerra y lo convierte en un músculo de ese gran cuerpo que se desarrolla en torno a la construcción de paz.

Otro mandala surge como ofrenda a la paz, desde lejos veo una mujer negra como el ébano, su cabeza la adorna un turbante y su rostro se ilumina con una blanca sonrisa, pero algo llama mi atención, con su mano, toma un puñado de tierra y lo huele, sollozan sus ojos y se ensimisma en el recuerdo, yo me pregunto en quién pensará, ¿en ella? ¿en sus hijos? ¿sus padres? ¿qué le recordará la tierra?

No aguanto, acudo a ella y le pregunto ¿está triste?

Empieza a desahogarse y después de responder afirmativamente a todas mis preguntas, termina diciéndome que el olor de la tierra le recordaba un pasado donde vio morir sus hijos, y otros familiares, pero que la tierra no era mala, porque si bien en ella se hallaban enterrados sus seres queridos, de la tierra también surgían frutos, y su uso depende del corazón del humano que la trabaje, ese día estaba recordando a sus hijos, la textura de la tierra parecía que le hiciera recordar su piel, pero también les estaba diciendo que a pesar de haberlos dejado en ella, hoy la estaba usando, la estaba recorriendo para mitigar los efectos de ese conflicto que se los arrebató.

La Ruta Pacífica de las Mujeres es un fiel ejemplo de movilización social, cuyo objetivo es trabajar por generar espacios de negociación que permitan ponerle fin al conflicto armado por medio de la visibilización de los horrores que deja la guerra, transformados en arengas de paz.

Concluyo este pasaje por la ruta, diciendo que nunca olvidaré esta cruzada por la paz y que si bien soy hombre, no por eso soy un tercero ajeno al dolor de  las mujeres de la ruta.

Fastidiosamente sincero y el enrojecimiento de mi cara lo revela.A primera vista imposible de tratar, pero cuando se rompe el hielo el mas conversador de todos.Directo al grano, sin tapujos....Responsable con el mundo, prefiero pensar que no se nada y que nunca estoy preparado..... para siempre querer saber y mas y estar mas preparado.Deportista de domingos y me engorda solo la barriga.Pirata musical (no viviría sin música)....Tuve afiche de Britney Spears en mi habitación.... y uno Pikachú, fue inevitable no ver Ranma 1/2 y disfruté con Óliver Atom.Si no me gusta, no me gusta. Si es blanco quiero saber por qué, sino defenderé que sea negro.Me quedo con lo bueno, y olvido lo malo.Excelente para guardar secretos, al otro día los olvido.Perfil "Always Under Construction"

juandavid20@gmail.com

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