¿Qué es la vida?
Fragmento del libro Premisas del Ser Humano Dormido
La vida es esto: yo escribiendo ahora, vos leyendo ahora, la vida es ahora. Una cadena conformada por distintos momentos de realidad que se dan en el tiempo. Es como un collar que siempre tiene la misma secuencia de piedras, los momentos se repiten casi cronológicamente, una y otra vez a lo largo del tiempo.
Mi collar lo llevo colgado al cuello como todos, esperando a veces llegar a la gema brillante del centro y tantas otras veces esperando que el collar se haga añicos y me libere del vacío. Históricamente la vida siempre fue algo inseparable de Dios, él era su porqué y preguntarse el para qué era algo inútil. La religión era la respuesta a todo. Con el tiempo el concepto fue cambiando un poco, hoy en día se atribuye su porqué a Dios, pero el para qué se resumió en una sola palabra: materia.
La vida es sólo lo que hago, lo que me da los medios para comprar materia y seguir acumulando. Se adormeció el contacto con la esencia porque son tantas las cosas para ver, tantas las cosas que llenan mis sentidos y me obnubilan que no tengo tiempo para escucharme. Soy lo que tengo y lo que hago, la vida se reduce a esas dos palabras.
La indiferencia nos fue dejando ciegos, ya no hace falta perder el tiempo replanteándome lo que no tiene respuesta. De tanto girar, el mundo terminó mareando a sus habitantes, encadenándolos a la realidad tangible por miedo a caer en lo desconocido. A casi nadie le interesa el por qué y para qué de vivir, sólo interesa tener vida, interesa tener. Es muy complicado tratar de vivir de otra manera en un mundo donde se copia lo que está de moda, los seres pasamos a ser productos en una fábrica de consumo masivo, donde lo diferente se descarta porque nadie lo compra.
A pesar de todo, desde mi punto de vista, “vivir” es disfrutar de aquellos momentos donde logro experimentar el contacto con mi alma, momentos en los que mi cuerpo no puede contenerse y es tan fuerte el sentimiento que desborda el envase, desde un llanto, hasta una carcajada, un grito de felicidad absoluta, o una tranquilidad tan grande que puedo escucharme a mí misma.
Momentos en los que te das cuenta lo maravilloso de la experiencia de vivir. Pero hay variadas teorías sobre la vida, su porqué, su dónde, su origen, su fin, etc. Tantas teorías como mentes, creyentes, escépticos y gustos de helado. Cada cual elige el que más le gusta, cada quien tiene la oportunidad de apegarse a lo que cree. Hay quienes se conforman con comprar los gustos de siempre, otros compran los gustos de moda, algunos comen lo que pide el otro y sólo unos pocos deciden hacer su propio helado. También hay personas que el helado les da frío y prefieren no probar ningún gusto, por suerte también son pocas.
Lo que sé de forma segura es que vivir no es fácil, nacemos sin saber de dónde venimos y nos morimos sin saber a dónde vamos. La muerte es como una media sombra sobre nuestras cabezas, ¡Acecha!, es el personaje al que más tememos ¿Y de que otra manera podría ser? Si después de tantos años no sabemos a ciencia cierta que es morir. De un día para otro no estás más y listo, a cualquiera le causaría algo negativo. Por lo que para algunos, el miedo a la muerte es una forma de vida. Otros, en cambio, aunque sabemos que vamos a morir no es algo que tenemos constantemente en nuestra mente de forma consciente, uno no se despierta pensando quizás me muera hoy. De ahí derivan las psicosis mundiales que se generan cuando a alguien se le ocurre decir que tal fecha se termina el mundo, es tanto el ego que portamos que pensamos que sin nosotros no hay nada.
El morbo mental crece y nos damos cuenta que es un hecho, nos vamos a morir y comenzamos a plantearnos qué haríamos si fuera el ultimo día. Gracioso el ser, actuamos como si todos tuviéramos la existencia asegurada y no nos pudiéramos morir de un momento para otro. Y me di cuenta que pensar en la vida me llevaba a pensar en la muerte, siempre era así. Somos un universo de opuestos, en todo caso, si la muerte no existiera ¿Habría entonces vida? Atadas eternamente una a la otra, como el amor y el odio, lo claro y lo oscuro, la felicidad y la tristeza, la vida y la muerte, sólo existen como tal juntas. En todo caso el periodo de inconsciencia humana, que va desde el nacimiento hasta la muerte, lo pasamos de variadas maneras, según el ser o la época histórica.
Más allá de eso hay algo que al igual que la muerte inexorablemente es parte de la vida, el otro, el que me mira, el amor. Normalmente mí mente suele irse de viaje y en uno de esos momentos de vuelo un día me pregunté qué pasaría si todos aquellos a los que conocía no me reconocieran, si les hablara, los tocara y ellos no reaccionaran. Me ponía por un segundo en esa situación y pensaba que si eso sucediera probablemente yo misma empezaría a dudar de mi existencia.
Uno existe por toda la sociedad y el mundo, porque una cuestión de respuesta a los sentidos así lo establece. Somos porque el otro lo es, una cadena de reconocimiento mutuo, una realidad que nosotros formamos. Una realidad tan cuestionable como todas mis preguntas y respuestas. Lo interesante de la vida es que a pesar del tiempo que ya pasamos en este mundo, tantos millones de años, se modificaron las costumbres, la tecnología y con ella la sociedad, pero aun así somos iguales, con los mismos miedos e interrogantes sin respuestas fehacientes.
¿Qué es entonces la vida? No creo que haya una sola respuesta a esa pregunta ya que varía según la vida que se vive. Son momentos, como ya dije, que llevan a otros momentos, espacios recortados de tiempo armando un rompecabezas, un todo. Experimentar es la clave, buscar las fichas que completen la imagen. La vida es un collar de momentos y lo interesante de ello es que somos capaces de elegir algunas piedras, de ir armando la secuencia como más nos guste. Vivir es lo que está pasando en este momento, es la etapa posterior al nacimiento y anterior a la muerte.
Vivir es solo ahora, es un momento del alma en la evolución del mundo, pero es algo de lo cual no estamos consientes. Es un tiempo prestado para que Dios experimente el mundo por medio de los sentidos.