Locos Corazones // Santiago Castaño
Despierto con un dolor en la cabeza, como si me hubieran golpeado con un bate, o más bien con el contenido de varias botellas de brandy. El ambiente es denso y por éste navega el olor del sexo y el licor seco de nuestras bocas apestosas.Ya no tienes el brillo en los ojos que llenos de ira me rogaban impacientes. Pero ya, ya está bien así, no ves lo que pasó, pensamos que jamás iba a pasar. Sólo recuerdo tu voz pidiendo que acercara el metal y como una tierna oz te lo acercara, solo recuerdo tu voz, pidiendo que triscara con afán y sin piedad.
Milly es una de esas que me hacen bien cuando quieren y mal siempre que pueda. Todos mis amigos me decían que mi problema con las mujeres es que les demostraba que las amo, y eso en el mundo de las mujeres parece ser señal de debilidad y vaya que ella sabe cómo aprovecharse de eso. Cuando estamos en su casa ella se desviste frente de mi yo me quedo atontado con su cara y sus teticas paraditas.
Mientras ella me dice: “¿Qué?¿Qué pasa?” y empieza a cambiarse de ropa y yo sólo me quedo ahí tragando saliva y mordiéndome las ganas. No es que tenga miedo de tomarla ni mucho menos, es que como dije antes sólo lo hace para joderme, para que me moje en las ganas y para que me quede pensando el resto de la semana en sus teticas paraditas y en su cara de actriz porno.
Lo mejor pero también lo peor son las madrugadas de los fines de semana. Cuando se emborracha y así toda poseída por el néctar de Baco me llama y me dice. Que se quiere morir pero también, que quiere verme y hacer el amor conmigo, que me quiere, que se la pasó pensando en mí toda la noche, que ni siquiera se divirtió con sus amigos de la universidad.
Pero ¡qué va! Yo sé que es pura mierda, de no ser así no llegaría con el pelo revuelto y el maquillaje medio descompuesto y con ese olor a licor por todo el cuerpo. Mmm que rico! Como cuando ya pasado de copas, medio contenido del vaso entra en la boca y otro medio se le escurre por el cuello y le baja entre sus teticas, baja por su vientre e inunda su ombligo.
Como no voy a saber que es mierda, si casi brincas de la silla cuando te llaman tus amigos. El polaco por ejemplo, no parabas de mencionarle el nombre en cada frase que decías: hola Mike, que más Mike, si Mike en el café, Mike, Mike… Y para colmo de males cuando cuelgas sigues, describiéndome lo curioso que es este tipo y como ha encantado a todas tus amigas con su acento raro y con su porte caucásico.
La verdad nunca entendí lo de tu “falsa depresión” te pasas todo el tiempo criticando a tus amigos por su plasticidad y su egoísmo, dices que no soportas que sean personas tan huecas y estereotipadas. Pero siempre estás esperando a salir con ellos hasta el amanecer y cuando has tenido suficiente mezcla de cocteles con la fluoxetina que te envía el terapeuta vienes a pedirme ayuda con lo de tus venas. Pero no dejo de creer que después de todo sólo que damos tú y yo en la inmensidad.
Sobre la madrugada te anclé con infinita calma. La mañana disipó las sombras y cuando despertamos no dijiste nada,nada, nada, nunca nada, más.
Susana Echeverry Hoyos
Embriagados de ilusión, sedientos de amor…