Lamento que arde
La constancia del deseo inagotable
con dolor en el recuerdo
sin alivio al sufrimiento
con premura en el contacto
en una sola piel
empezando y terminando
en aquel mismo lugar
y con sonrisa cómplice
sin saber el lugar
me regalan el rezago de tu aroma
y picazón en la punta del olfato.
Mucho gusto
me llamo
y no hace falta que te presentes
ya sé que te llamas
y también sabía de tiempo atrás
que me habitarías
para dejarme como hoy
con lamento que arde
con ansia de reivindicación
y con deseo tan profundo
como el origen de mi sudor
de que punces mis ojos
con tu mirada de depravación.