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Iluistración 243 -Laaao

La última página escrita por Usted

Terminar no es siempre terminar, de hecho suele confundirse con empezar, así tampoco siempre lo sea. Cuenta el libro de María que en la página 243 las letras terminan tres renglones después de haber iniciado esa triste hoja. María lloró y lloró, no por terminar el libro, sino por pensar en Luis: peculiar hombre, de dientes  grandes y amarillentos que con su aliento a cigarrillo en la vida se ha permitido oler un libro. Él, con apenas 1.65 metros de estatura, se adueñó de ella; se hizo propietario de sus pensamientos cual escritor del siglo XVIII, pero ella no de los de él, y es que así es como suelen ser las carencias: individuales y crueles.

El libro que María leyó, lo leyó pensando en Luis, así quien escuchara fuera usted, la relación de María y Luis es igual a la suya con María: CARENTE. Las carencias son el abono de los dolores y los dolores de las dependencias en un ecosistema tan humano como lleno de mierda. María no abonó su vida con nosotros; con usted y conmigo. Luis no abonó su vida con María. Y el libro, lastimosamente no se terminó en la página 243.

No tengo ni idea que datos poner, quizás sí: ¡Jueputa!

alejandrocamposduque@gmail.com

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