La Misma
Ya no,
aquel salto tímido que me robaba una sonrisa,
Ahora es tan solo amotricidad.
El hecho de que no comprendas mis palabras ya no es fraterno,
la ingenuidad ya no conquista,
aquella incomprensión disfrazada de sonrisa se me hunde en la desgana.
Y ahora en la cama,
Tus grandes y pequeños senos apenas si me tientan.
Atónito, veo a las sábanas repartir tiquetes de ida,
sin regreso, con un vestigio como único lucro.
Me cago en tu prudencia y en tu buena voluntad.
Dispara con cualquiera de las que has puesto en mi camino,
calcina este cuerpo e incinera las cenizas,
deséchame, mánchame de amnesia antes de volver a pasar…
…Muy prudente y sensata,
desgarradoramente tolerante.
Repetida, testaruda y comprensiva.
Estoy hastiado de esta planicie,
de esta prudencia cadenciosa;
gastado de verlas asentir con vitalidad
las apreciaciones de un muerto.
Que aún osa gemir, estando varios metros bajo tierra.
27/12/2012