Extranjero
…. caminar por las calles frías, transeúntes rozando el cuerpo a cada paso, los gritos de: se vende, los autos, el sonido de fondo del semáforo, la música en los establecimientos, las charlas en los cafés, las voces de personas hablando por sus teléfonos, los grupos que comparten charlas, los estudiantes que juegan mientras se dirigen nunca se sabe a dónde, y al final: la soledad es lo que se puede entender en medio del silencio que habita su cabeza, podría decir entonces que el objetivo fue hacerse sombra, llenarse de olvido, pero un recuerdo de esos que se afilan con el viento frío a cada segundo se van haciendo dolor, imágenes del pasado habitando hoy la conciencia, la imagen de creer que existes porque en algún lugar sos recuerdo. Al final te estacionas terminando la acera, enciendes el último cigarro del paquete, piensas en que este será el sabor de la nostalgia, entras al café, pides lo de siempre. En la mesa un café cargado y sin azúcar, la sonrisa de la tendera, el humo del cigarro y al sacar las monedas, te das cuenta que dejaste de ser un extranjero, conoces el precio del café del lugar, reconoces esa sonrisa cómplice de la soledad de muchos, y al retirarte un casi, “hasta mañana”, sonreír, tomar el libro que olvidabas sobre la mesa y caminar “a casa“.