LA EXPERIENCIA ESTÉREO-PICNIC // DANIELA RAMÍREZ
Como la comodidad del hogar se sintió a las 4:00 AM, las energías para ese segundo día de festival no estaban totalmente cargadas, pero digamos que la ansiedad de ver a los grandes de la industria me motivaron a poner la mejor actitud y salir nuevamente al encuentro con la felicidad.
Lastimosamente no llegué a tiempo para presenciar el inicio de la actividad musical en cada una de las tarimas y me perdí presentaciones muy bien preparadas como las de DMK, DANICATTACK y MIL MARIAS, grupos que nos invitaban a vivir una “Black Celebration”, a subirnos en una “Ola” o a viajar por “Las 11 Dimensiones”. (Punto negativo para los asistentes: Hey todo el mundo, madruguémosle a las bandas nacionales en una próxima oportunidad)
5:00 PM, escenario Tigo Music, Día. El publico ansioso a la espera de una de las grandes joyas que tiene Colombia, los consentidos SuperLitio quienes no dudaron en prender la fiesta desde temprano con su “Champetronica”, estos monstruos caleños tienen esa habilidad de manejar el ritmo de su presentación a la perfección, pues durante una hora el show se vio empapado por tintes caribeños y a la vez roqueros, unos alegres y otros haciéndole una oda a la depresión llevada con estilo, por supuesto las doloras “Te Lastime” y “Viernes Otra Vez” me quebraron por dentro como de costumbre.
Ese costo de beneficio siguió haciendo de las suyas, pues para poder disfrutar de Alt J tuve que sacrificar a Herencia de Timbiquí, los dueños del sabrosura que sin mucho esfuerzo siempre le roban sonrisas a su público con esos acordes llenos de folclor. Pero bueno, seguí de pié en la Tarima principal, dejándome atrapar por los sonidos atmosféricos de estos británicos que con “Hunger of the Pine” me hicieron sentir que corría por verdes paisajes de Inglaterra. Fue una presentación fresca, los asistentes se montaron en ese viaje, donde canciones como “Disolver me” “Matilda” y “Taro” lograron llevarlos a otros planos. Sin duda el momento más significativo del Show fue cuando sonó “Left Hands Free”, canción oficial de esta sexta versión del festival que se coreó al unísono por todos los asistentes.
Al ritmo de Breezeblocks bailé hasta llegar al Escenario Club Social para disfrutar de los sonidos traídos desde Australia, por primera y única vez durante los 3 días pude estar en primera fila.
Algo que quiero resaltar antes de seguir con la maravillosa experiencia Estéreo Picnic, es la oportunidad que le dieron los organizadores del evento a varios DJ’s locales para que ambientaran los espacios mientras organizaban las cosas necesarias en la siguiente presentación, pero de verdad era irritante ver la conducta de la joven previa a Chet Faker, no sé porque siento que cada vez que un artista sale a escena debe tener una actitud receptiva y amable con su público, pero esta chica no sabía que era sonreír y disfrutar de la música, su prepotencia fue notoria no sólo para mí, sino también para los demás espectadores que se sintieron disgustados por la situación, punto negro para el festival (Hay muy buenos Dj’s en Bogotá, que no solo le dan play a la pista y comienzan a trabajar en sus celulares luego, exploremos un poco más queridos productores.)
Fotografía por Tatiana Toro
Pero sigamos con lo bonito, pues fue un momento transformador presenciar la magia que transmitió Chet Faker desde el escenario, cuando sonó “No Diggity” el termino Lumbersexual tomó un nuevo significado para mí, pues este tipo logró desenvolverse con una sensualidad y una naturalidad excepcional. Pasos de Jazz complementaron su show e hicieron referencia a su nombre artístico tomado en honor al gran Chet Baker, el beat subió y todos estuvimos bailando con “1998” y ni se diga del erotismo con el que cantó “gold”, fue lindo sentir la pasión con la que interpretaba cada tema. “Talk is Cheap” un pocó más íntima fue la cereza que coronó una presentación inolvidable (Llaménme groupie pero ¿qué mujer puede resistirse a un talentoso australiano con una voz extraordinaria que se muerde el labio al cantar?)
Me dirigí nuevamente, cual nefelibata, hacia el escenario Tigo Music para disfrutar un poco del reggae proveniente de uno de los descendientes del rey de este género y es que al que le van a dar le guardan porque apenas llegué BOOM Damian Marley comenzó a tocar “Welcome to Jamrock” y toda esa sensación de paz que experimentaba mi cuerpo se vio alterada por la percusión que invitaba a bailar, a pensar en verde, a descontarse de lo exterior y solo disfrutar de la música, de la verdadera esencia. Amarillo, Rojo y Verde, 3 colores que resumen el show del Jr Gong.
Era tiempo de inyectarle Drum n Bass a mi cuerpo así que en medio de la multitud comencé a desplazarme hacia el otro extremo del parque donde Rudimental estaba partiendo el Escenario Caracol. ¡Ayyy! Severa fiesta la de estos señores que tenían a su público tan enloquecidamente conectados con ellos que era imposible entrar en la carpa, pero no importó porque hasta atrás llegó la buena energía de estos londinenses.
Estallido final y las placas tectónicas volvieron a su sitio, la ansiedad no daba espera, lo siento mucho señorita Echeverri, no se imagina cómo admiro y respeto su agrupación, a la que en pasadas ocasiones he tenido la oportunidad de disfrutar, porque el que diga que no canta a todo pulmón “Baracunatana” y “Florecita Rockera” de Aterciopelados es un colombiano muy pelle, pero una periodista amante del rock debe hacer lo que una periodista amante del rock debe hacer y una de esas cosas es cumplir las promesas que hace con su padre, como lo era lograr presenciar a Kasabian y disfrutarlos como si estuviéramos juntos en ese momento.
La tarima se tornó de un fucsia intenso, del humo emergieron esos 4 heroes encargados de meterle poder a la noche. “Bumblebee” le dio inicio a uno de los shows más inolvidables de esta versión del festival y no era para menos, porque Don Tom y Don Sergio la tienen clara para soltar adrenalina desde allá arriba. Éxito tras éxito, al sonar “Days are Forgatten” no pude evitar sentirte a mi lado Pá, mientras en compañía de cientos de personas que comparten nuestro amor por la banda cantábamos esa canción que atraviesa todas las generaciones y en cada una de ellas deja marca. Luego fue el momento de “Eez – he” que por razones obvias fue un estallido de felicidad entre los asistentes. Una hora maravillosamente disfrutada “Switchblade Smiles” “Fire” “Stevie” y por último una sobredosis de “L.S.D” (Lost Souls Forever). Kasabian me devolvió la esperanza en el rock que se realiza actualmente.
La tensión comenzó a dominar el ambiente, y es que ya se acercaba la hora de ver a los Kings of Leon, recuerdo que los conocí en unos BRIT Awards cuando apenas comenzaban a saborear la fama con su éxito “Use Somebody” (canción que por cierto es de las menos favoritas de Caleb Followill, vocalista de la banda) en ese tiempo yo era una niña que soñaba con ir a festivales de música, así que sentía una satisfacción indescriptible, pues los vería en vivo, en uno de esos festivales llenos de magia como los que me imaginaba de pequeña.
Por fin, luego de atravesar el parque por milésima vez estaba frente a la gran Tarima esperando a que los aclamados norteamericanos salieran. Los minutos se pasaban cada vez más lento, se comenzaba sentir el cansancio de 2 días pero no importaba porque en 3, 2, 1 comenzó a sonar “Supersoaker” y la felicidad se materializó en 4 personajes que viajaron desde Nashville, Tennesse para enseñarnos como se mezcla el Garage Rock con el Country de una manera sutil y encantadora. Debo admitir que esperé más de la banda, aunque su capacidad de interpretar en vivo todas las canciones como si fueran en estudió, así sin un error, era innegable. Un show impecable pero muy seco, parecían estar pegados a sus sitios, no existió ningún tipo de desplazamiento por el escenario, ni una interacción constante con ese público extasiado que los aplaudía. Acepto que estaba muy emocionada, fue una de las bandas que acompañaron mi evolución de la adolescencia a la adultez, pero siento que a la familia Followill le faltó carisma, aunque es cierto que todo eso lo compensaron con el profesionalismo y versatilidad al tocar, perfecto sonaron “Radioactive” “Pyro” “Cold Desert” y por supuesto ese hit tan esperado “Use Somebody”. La noche corría y Bang la anhelada y predecible canción de cierre “Sex on Fire” llenó de felicidad a cada uno de los asistentes.
Los rumores dicen que Major Lazer estuvo demasiado áspero, que fue bailoteo constante, alegría y euforia a niveles inimaginables y rumba por doquier, pero por decisiones administrativas (Confiados en que ya los había visto en la versión del FEP 2013) decidimos dejar las instalaciones antes de que su presentaciones iniciara con el fin de brindarles un mejor servicio en el tercer día de festival.
Antes de despedirme quiero realizar un minuto de silencio por todas esas agrupaciones que no tuve la oportunidad de disfrutar a causa de el cruce de horarios, la distancia entre tarimas y el cansancio acumulado, quedan en lista de espera para ser presenciadas, analizadas y aplaudidas como se deben en una próxima oportunidad: Puerto Candelaria, Slow Hands, Guberek, Seth Troxler.