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Entre las “Bonitas” Soy la Fea y Algo Más

 Sin rodeos.


Le tengo miedo a la vanidad, soy tan simple que he sido incapaz de entender la belleza como un concepto universal. (Hablo de cualquier cosa a la que se pueda referir como bella).

Mujeres (heterosexual u homosexual) promedio…
Hombres (heterosexual u homosexual) promedio…
Ya decía yo que en algún lugar epistemológico debía radicar mi odio por la estadística inferencial.

Llevo años viendo como la inconsciencia colectiva es un insulto natural a la otredad, tetas por aquí, tetas por allá, ¿por qué rayos confunden la irreverencia con la ordinariez?

Estoy realmente preocupada por el mercado porno, y más aún porque no comprenden que para abrir las piernas se necesita inteligencia, y es que si lo dejamos a una simple reacción músculo-esquelética, ¡¡Que salgan mejores consoladores!!¡¡Que las muñecas tengan mejores piernas!!.

Hay analogías desastrozas, ¿Por qué la linda debe ser voluptuosa, exhibicionista y barata? Seamos equitativos, póngase silicona en las pelotas.

Que el tamaño siempre importa… dicen algunas tontas, deberían conocerse un poco, el sexo en la mujer es más racional que pretencioso. Si a quien tienes arriba, abajo, al lado o atrás, no compagina con tus expectativas cognitivas, jamás lo hará con tu vagina. Señoras (promedio), lo sexy es solo un juego mental.

Ahora, otra pregunta existencial, ¿por qué a los hombres (promedio) les gusta tanto lo vulgar?. Tengo dos teorías:

1. Se han pasado un virus por años, ese que está codificado como – soy un animal confundido, veo a la mujer como un objeto sexual, pero solo con fines en lo pasional –
-animal – animal.

2. O quizás es culpa de sus mamás.

Lo único cierto es que nada tiene que ver el deseo sexual con la genética, es netamente un problema epistemológico y por ende un resultado inequívoco ideológico.

¿Sabían, señores, que es fácil medirles lo interesantes con tan solo una palabra? Así es, para meterlo, hay que saber abrir la boca.

Y ni que hablar de la homosexualidad, vagabundería y falsedad. Pareciera que entre lesbianas hubiese una necesidad constante de coquetear, se les olvida el nombre de la gente, pues todas se llaman “perra (de cariño, claro)”, “amor (de amistad, claro)”, “hermosa (cortesía, claro)”, “princesa (decencia, claro), “sexy ( por interesante, claro)”.

Niñas con complejos volátiles en sus dedos (pocas usan arnés, ese es otro nivel de madurez), cualquier falda las emboba, cualquier cabello es ganancia. Señoras, ¿qué paso con la exquisitez? Son tan poco mujer, la feminidad las dejó tiradas en un desierto.

Claro está, si su homosexualidad es un deseo radicalmente hormonal, ¡¡Bienvenidas al mileno, son unas putas más!!

Qué podría decir de los gays, después de tanto, algo tan sencillo como que incluso para ser amigo, es necesario saber si es pasivo o es activo. Y eso tampoco lo entiendo y no por ser mujer, es por el simple hecho de que siendo menos objetiva en lo racional, si me encanta, pues que me de por donde le de la gana.

Son tan sexosos (promedio) que les tengo más miedo que los heterosexuales.

¿Cómo quieren ser respetados, incluidos, aceptados, si ni siquiera ustedes mismos se dan lugar como seres fuera de lo banal?. Sigan excusando los comportamientos inmaduros en una elección sexual que la promiscuidad se los agradecerá.

La calidad de vida dependerá entonces de las propias posibilidades de desarrollo y de la cultura social que se tenga, para no caer en el más grande malestar moderno: Yo te libro de introspección y tú haces lo mismo conmigo.  Somos hijos de modelos estereotipados, confusos y poco discernientes que hacen que necesitemos crear mundos subjetivos para sentirnos mejor.

Decidir cómo llevar la vida es un tema personal en el cual las opiniones ajenas no son más que palabras omitidas en el tiempo. Decidir ser quién se es, es casi que el secreto que se tiene con uno mismo y, como constantes de una sociedad contribuyendo al desarrollo de la misma.

Estamos en plena libertad de pensar lo que es bueno, malo, agradable o poco beneficioso para ella, pudiendo decirse que cada quien tiene un elogio distinto, una amplitud y una duración.

Ser conscientes de lo complicado que es el día a día, tomando como referencia que la muerte es lo más seguro que tiene la vida y de lo poco que tenemos planeada la existencia, se pondría en juego el tiempo y saldría a flote “la virtud del gasto”, la palabra inversión en nuestra vida está un poco mas allá de lograr una vida sensata y coordinada con tanto sueño efímero que nos llena de aire el cerebro. TANTO LIBRE ALBEDRÍO NOS CAUSA ENCIERRO MENTAL.

Eroticemos la vida, pero no con el desdeño de la cantidad, o verás como con los años, te mirarás al espejo mujer, y serás un cúmulo de orgasmos fingidos, tan sólo quedará un espasmo, tendrás más alta la temperatura y un gran espacio; o peor aún caballero, a quien verás será a ese eyaculador instantáneo que genitalizó tanto sus encuentros, que le colgará hasta el descontento.

¡¡Me duele tanto ver en lo que te estás convirtiendo mujer, me dueles tanto como una primera vez!!

¡¡Me duele tanto ver en lo que te estás convirtiendo hombre, me dueles tanto como al intentarlo al revés!!

¡Que el Dios del conservatismo colombiano nos libre de tanto desencanto!

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