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El Cine de las Tres

Son pasadas las tres y la ciudad está gris. Camila espera a la entrada de un cine del centro a Juan, su novio. La película inicia y en la pantalla saluda sin gracia pero con mucha expresividad una actriz flaca, alta y llena de maquillaje en la cara.

 
– Vamos tarde; ya tengo las boletas y hoy no quiero maíz.

Sale de una esquina un hombre alto, gordo y calvo… saluda a la pintoretiada mujer y le pide que diga si son las tres. Se escucha un carro pasar sobre el asfalto mojada y se ve en imagen una gota de agua rebosar un vaso.

– Sabes que odio llegar tarde, pero pasé por el consultorio antes de llegar acá; recogí tus exámenes y el doctor Monsalve me dijo que debíamos visitarlo juntos mañana a las tres

Suena el proyector y se ven las marcas de fin del carrete de película. El hombre alto, gordo y calvo le entrega un papel a la mujer, ambos se miran con miedo, ella sonríe con nervios, él no parpadea; mira con vergüenza y orgullo. Juan y Camila un hijo van a tener.

Al otro día, a las tres, el doctor Monsalve mirando como el hombre grande, gordo y calvo del cine, les dice que el resultado es positivo, el feto presenta malformaciones congénitas y la recomendación médica: es abortar. La mujer no tiene maquillaje en la cara, lo tiene en el cuerpo, sus ojos dicen mucho aunque sus lagrimas salen en silencio.

No tengo ni idea que datos poner, quizás sí: ¡Jueputa!

alejandrocamposduque@gmail.com

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