CAMALEÓN
Soy cuerda, pero no lo suficiente como para vivir en el mundo de los cuerdos. Soy loca, pero no lo suficiente como para vivir en el mundo de los locos. Vivir en la dualidad, esa es mi vida, fluctuar entre infinitos mundos, donde ninguno es mi cárcel pero ninguno me equilibra. Años de lucha intentando descifrar de qué lado estar, unas veces ocultando la luz otras veces la oscuridad. Dicen que no tiene sentido adaptarse a la realidad cuando la metamorfosis se da netamente para complacer a los demás, sin embargo, luego de años de práctica, la metamorfosis es tan natural que se hace difícil diferenciar lo imaginario de lo real, cuándo se hacen las cosas por pasión y cuándo por obligación. ¿Es consiente acaso un camaleón de su color real? ¿Sabe distinguir entre los instantes en los que es él mismo de los instantes en lo que usa sus habilidades para camuflarse? ¿Es acaso esto una contradicción de lo que es en sí mismo un camaleón? Si el camaleón nació con habilidades para camuflarse y adaptarse en todos sus entornos, ¿no es precisamente ese su propósito de vida? Entonces me pregunto, cuando el camaleón se camufla, ¿está siendo o no él mismo? Lástima que los camaleones no hablen, de lo contrario yo misma habría ido a entrevistarlos, quizás ellos me podrían dar consejos sobre cómo ser un buen camaleón. Ellos son camaleones, nadie se los refuta, nadie se los discute, son lo que son, a nadie le interesa si son verdes, rojos, negros o dorados, pues su color no es lo que los define, es en el concepto de la transformación en donde se encuentra su verdadera esencia ¿Puedo ser yo un caso camaleónicamente humano? “¡Puedes ser lo que quieras ser!” aclaman los sabios, puedes escoger el camino que más te guste, puedes escoger la carrera que te guste, puedes escoger la música que te guste, “¡Haz elecciones, defínete, descubre quien eres!” ¿Y qué pasa si no me quiero definir? ¿Qué pasa cuando tanto el negro y el blanco te parecen igual de hermosos y además tienes la habilidad de ver la luz que hay en ambos?“¡Encuentra puntos de equilibrio!” ¿Conformarme con el gris?
Ser de extremos es difícil, pero ser de múltiples extremos aún más. La vida, la sociedad, tu entorno te pide definirte, te hacen un llamado constante a encontrar tu etiqueta, los que están en los extremos te piden que seas igual de extremista, mientras que los que están en el medio realmente no se atreven a conocer lo que hay más allá ¿Qué sabe el cero sobre ser negativo o positivo si nunca lo ha sido? ¿Si el camaleón se encuentra en un entorno color verde oscuro, va a ir solamente hasta el verde claro? Es claro que también entra a jugar un tema de habilidad y capacidad, de seguro un camaleón joven no lo logrará, pero uno adulto y experimentado lo hará sin siquiera pensarlo. Yo me rehúso a encontrar aquellos puntos de equilibrio que no me dejan experimentar con profundidad, aquellos que no me dejan llegar hasta el límite de mis capacidades,me rehúso también,a vivir en los extremos donde solo hay un lado de la verdad. Yo quiero ser camaleón, quiero que esa sea mi única y mi verdadera etiqueta, quiero conocer el mundo, experimentarlo, disfrutar minuciosamente cada detalle, brillar con máximo esplendor con cada instante de luz y al mismo tiempo ahogarme con la misma belleza en la oscuridad. Si nací para ser camaleón, ¿Quién puede juzgarme por ser hoy una y mañana otra completamente opuesta? ¿Se atreve alguien a juzgar al camaleón por ser hoy verde y mañana café? El espectro de un haz de luz blanca es el compendio de todos los colores, aquello que vemos de cierto color no es más que la manera como aquella luz blanca se refleja en una superficie y no por verse roja en algunos objetos y azul en otros deja de ser luz blanca. Seguiré experimentando todos mis colores, los haré brillar con intensidad, fluctuaré entre una y otra longitud de onda, seguiré siendo algunas veces cuerda y otras veces loca porque al igual que sucede con el camaleón ese pareciera ser mi propósito de vida.