Ayer
Entre los océanos que bañan un país parecido a éste vuela un vuelo, son 29 mil pies sobre el suelo, un suelo verde; un suelo extraño.
Ellos, pasajeros con destino van mirando poco, mucho o nada, van pensando poco o nada, nadie piensa mucho, a esa altura sólo la nostalgia posibilita lo mucho.
En tierra, más azul que verde, llora él, pronto embarcará otro avión, un avión que volará más alto, más lejos y con menos nostalgia.
La nostalgia debe ser azul, azul cielo, que no es lo mismo que azul mar; un corazón dolido es rojo, igual a un corazón feliz: debe ser por la semejanza entre el amor amado y el amor no amado.
El avión va a aterrizar, él sigue en tierra y no ve la hora de regresar el reloj, de volver a ese momento en que se partió en dos mientras se enteraba que no era sólo un uno.