Alegorías de infancia
Cuando se ha perdido la fe en todo, aparece la angustia. Después de haber mendigado casi 5 años por las calles más densas de Bogotá, Lisbeth ya no tenía escrúpulos de ninguna índole, se dedicaba a vender su cuerpo a cambio de cualquier pan o moneda y satisfacía a su clientela sin el más mínimo reproche. Afortunadamente para ella, algunos